Estados Unidos colocó a NSO Groupe, la empresa emergente detrás del spyware Pegasus, en la lista negra del Departamento de Comercio.
Fuente: Sora Shimazaki / Pexels
En pleno verano de 2021, estalló el escándalo de Pegasus. Revelado gracias a una investigación de un consorcio de 17 medios, se centró en el software espía, Pegasus, vendido por la empresa israelí NSO Group.
Este es muy indetectable una vez instalado en un teléfono inteligente y puede desviar todos los datos del teléfono, incluidas las conversaciones cifradas de Signal o WhatsApp. La identidad de los objetivos también sorprendió cuando estalló el escándalo: periodistas, políticos, deportistas, figuras religiosas, de la industria, etc.
Lista negra
Se han iniciado numerosas investigaciones en los países en los que se ha atacado a personalidades, pero, por primera vez, una sanción significativa ha golpeado a la empresa emergente israelí. El Departamento de Comercio de EE. UU. ha anunciado la inclusión en la lista negra de NSO Group. Se agregan otras tres empresas al mismo tiempo, incluida Candiru, también con sede en Israel y fijada por las mismas razones.
Concretamente, esta colocación en una lista negra corre el riesgo de complicar los negocios de NSO Group en los Estados Unidos con sus socios. Al igual que Huawei, las empresas que deseen comerciar con NSO Group deberán solicitar una licencia a las autoridades estadounidenses, como señala Le Monde, una licencia que corre un gran riesgo de ser denegada.
Amenazas al orden internacional
El Departamento de Comercio no se anda con rodeos para justificar esta lista negra. Explica que agregó a NSO Groupe basándose en evidencia que muestra que la empresa emergente "ha desarrollado y proporcionado software espía a gobiernos extranjeros que han usado estas herramientas para atacar maliciosamente a funcionarios gubernamentales, periodistas, empresas, activistas, académicos y trabajadores de embajadas".
La institución agrega:
Estas herramientas también han permitido a gobiernos extranjeros llevar a cabo represión transnacional, es decir, gobiernos autoritarios que se dirigen a disidentes, periodistas y activistas fuera de sus fronteras soberanas para silenciar la disidencia. Estas prácticas amenazan el orden internacional basado en reglas.Si queda por demostrar que el impacto de tal medida será tan significativo en una start-up centrada en la ciberseguridad como lo fue en Huawei, la señal lanzada por las autoridades americanas está ahí.